En un entorno donde los datos digitales son fundamentales, la protección legal y eficaz de estos se ha convertido en una prioridad global. Europa y España han implementado estrictas normativas como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y el Esquema Nacional de Seguridad (ENS) para garantizar estos estándares. Además, certificaciones internacionales como ISO 27001 y SOC 2 establecen directrices que las organizaciones deben seguir para asegurar la integridad y confidencialidad de la información.
Los data centers certificados emergen como pilares cruciales en este proceso. Estos centros no solo proporcionan seguridad tanto física como lógica, sino que también aseguran cumplimiento normativo, ofreciendo una base sólida para auditar y verificar procesos. Estas instalaciones protegen contra sanciones millonarias y la pérdida de confianza, mientras ofrecen beneficios esenciales como entornos auditables, copias de seguridad cifradas y gestión granunar de accesos.
Las sanciones por incumplimiento del RGPD han alcanzado cifras récord, como los 1 200 millones de euros impuestos a Meta en 2023, lo que subraya la importancia de alojar datos en infraestructuras adecuadamente certificadas. La creciente exigencia de conformidad normativa resalta que operar sin tales plataformas es un riesgo estratégico con grandes implicaciones financieras y reputacionales.
Las certificaciones en data centers son ahora un diferenciador clave en el mercado, influyendo directamente en la competitividad empresarial. En licitaciones y contratos, contar con normas como ISO 27001 o niveles de redundancia certificados por entidades como Uptime Institute puede ser decisivo para obtener acuerdos.
Más allá del cumplimiento, las certificaciones son también un tema de soberanía digital. En un contexto donde los gigantes tecnológicos extranjeros dominan la infraestructura digital y de inteligencia artificial, Europa se enfrenta al reto de proteger sus datos de acuerdo a sus propias normativas, evitando dependencias externas.
David Carrero, cofundador de Stackscale, enfatiza la importancia de mantener los datos bajo jurisdicciones europeas para asegurar control y capacidad de innovación. Asegura que los data centers certificados son esenciales para construir un ecosistema de inteligencia artificial robusto y europeo que garantice tanto la seguridad como la soberanía digital.
En conclusión, los data centers certificados no solo cumplen una función de cumplimiento regulatorio, sino que son fundamentales para la competitividad y resiliencia empresarial en la economía digital. En este nuevo entorno, el cumplimiento ya no es opcional, es esencial para competir eficazmente.
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