El Centro Alcume, reconocido por su labor en intervención infanto-juvenil y rehabilitación neurológica, ha decidido ampliar su abanico de terapias para niños y adolescentes con dificultades de aprendizaje, enfocado en mejorar su rendimiento académico y adaptación social.
El enfoque se centra en la intervención temprana, esencial para obtener resultados tangibles. Comienza con una evaluación diagnóstica detallada que examina las capacidades cognitivas, lingüísticas y emocionales de los menores. Con base en esto, se elabora un plan de actuación personalizado adaptado a cada estudiante.
Las terapias abordan problemas como dislexia, disgrafía y discalculia, utilizando técnicas como entrenamiento fonológico y ejercicios para la comprensión y el cálculo. Se trata de un enfoque multidimensional que busca cubrir todas las áreas afectadas.
El programa se organiza en sesiones periódicas, permitiendo ajustes continuos según el progreso del niño. Además, el centro promueve la colaboración estrecha con las familias y escuelas para garantizar la continuidad e integración de los avances en la vida cotidiana.
Un componente crucial del programa es el acompañamiento emocional, diseñado para reforzar la motivación, autoestima y capacidad de los alumnos para enfrentar desafíos académicos. Este enfoque integral no solo mejora competencias como lectura, escritura y cálculo, sino que también fomenta la autonomía y confianza personal.
Los objetivos principales incluyen aumentar la velocidad y precisión en la lectura, mejorar la comprensión de textos y problemas matemáticos, potenciar la expresión escrita y reforzar la confianza en las capacidades del alumno. El centro subraya que aunque los resultados varían según el tipo de dificultad y el momento de inicio del tratamiento, la intervención temprana se traduce en mejoras significativas tanto académicas como en la integración escolar.