Cuatro jornadas después del regreso de Joaquín Caparrós al banquillo del Sevilla, el equipo andaluz no logra mostrar señales de recuperación. En un giro inesperado, los sevillistas se enfrentarán a Las Palmas en el Estadio Sánchez Pizjuán en un partido crucial por la permanencia en Primera División. Con dos empates y dos derrotas desde la destitución de García Pimienta, la situación se agrava. El último encuentro culminó en una derrota por 3-2 ante el Celta en Balaídos, escenario donde el Sevilla, jugando con ventaja numérica debido a una expulsión rival, no pudo revertir su mal momento. Mientras tanto, el Celta avanza con paso firme hacia posiciones europeas con un séptimo lugar consolidado.
El partido contra el Celta mostró destellos de equilibrio hasta el fatídico desenlace. El Sevilla igualó un gol inicial de Moriba gracias a un penalti que significó la expulsión del jugador del Celta, Marcos Alonso. Sin embargo, a pesar de la ventaja numérica, el Sevilla fue incapaz de capitalizar, permitiendo que el Celta tomara control del partido con anotaciones decisivas de Mingueza e Iglesias. Los cambios tácticos introducidos por Caparrós no surtieron el efecto esperado, y aunque Kike Salas logró anotar cerca del final, el daño ya estaba hecho. El Sevilla necesita más que un cambio de entrenador para revertir una temporada que se acerca peligrosamente a la catástrofe del descenso.
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