La 41ª edición de Veranos de la Villa se despidió ayer con un vibrante homenaje a Celia Cruz, llenando el Parque del Pinar del Rey de emoción y alegría. Durante siete semanas, el festival, organizado por el Área de Cultura, Turismo y Deporte, ha ofrecido una rica programación de música, cine, danza, circo y teatro.
La clausura, encabezada por la talentosa Lucrecia, rindió tributo a la legendaria Celia Cruz en el centenario de su nacimiento. El espectáculo, titulado «Celia Vive», debutaba en España y logró reunir a más de 1.800 asistentes en el Auditorio al aire libre Pilar García Peña.
Lucrecia, acompañada por una orquesta de grandes maestros, interpretó con pasión algunos de los éxitos más emblemáticos de Cruz, como «Quimbara», «El Yerberito Moderno», «Bemba Colorá» y «La negra tiene tumbao». La velada, auspiciada por el Patrimonio de Celia Cruz, estuvo cargada de energía y nostalgia, celebrando el legado de la reina de la salsa con su característico «azúcar».
El delegado de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, José Fernández, estuvo presente en este cierre, que puso un broche de oro a una edición del festival inolvidable, celebrada entre el 7 de julio y el 24 de agosto. Veranos de la Villa se despidió hasta el próximo año, dejando una huella imborrable en el público madrileño.