En la primera cita taurina del año, celebrada con una notable afluencia de público, el torero salmantino vivió una jornada agridulce al resultar herido de gravedad por el quinto toro. Este percance se produjo después de haber estado cerca del triunfo con el mejor ejemplar de una corrida que, en general, dejó mucho que desear. El toro de Adolfo, que prometía ser la estrella del evento, demostró complicaciones que terminaron por poner en serio peligro la integridad del diestro. La infortunada cornada ha dejado a los asistentes con un sabor agridulce, multiplicado por la incertidumbre respecto al estado de salud del torero que hasta el momento había protagonizado una actuación destacada.
Por otro lado, la jornada también sirvió para reflejar la preocupante imagen de impotencia de Rafael de Julia, quien no consiguió lidiar con éxito los toros que le tocaron en suerte. La decepción entre los aficionados fue palpable, al no poder disfrutar del espectáculo esperado en una tarde que prometía mucho más en el cartel. A pesar de los contratiempos, la gran entrada registrada en el evento reafirma el continuo interés por las corridas de toros en el inicio de la temporada, un mundo que sigue siendo uno de los más tradicionales y polémicos dentro del ámbito cultural español.
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