Los Campeonatos Mundiales de Ajedrez Rápido y Relámpago en Nueva York han estado marcados por la controversia y acontecimientos inesperados. El momento más sorprendente llegó cuando el presidente de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), Arkady Dvorkóvich, decidió permitir que Magnus Carlsen y Ian Niepómniashi compartiesen el título en la modalidad relámpago. Ambos jugadores estaban exhaustos tras una serie de partidas igualadas, alcanzando el empate en las partidas de muerte súbita, y optaron por esta inusual conclusión al no querer continuar con el desgate psicológico y físico. Este desenlace fue precedido por la polémica retirada de Carlsen del Mundial Rápido después de ser sancionado por incumplir el código de vestimenta, aunque posteriormente volvió a jugar al firmar un contrato de publicidad con una marca de ropa vaquera.
La jornada también destacó por la tensión del enfrentamiento entre Carlsen y el estadounidense Hans Niemann, a quien el noruego había acusado sin pruebas de hacer trampas un año antes. Este choque, cargado de historia y con un pasado judicial entre ambos, vio a Carlsen remontar un marcador adverso para avanzar a las semifinales. La decisión de compartir el título final ha suscitado reacciones mixtas, con figuras del ajedrez mundial como Hans Niemann y Hikaru Nakamura criticando abiertamente el fallo de Dvorkóvich, con algunos llamando a una investigación por el Comité de Ética de la FIDE. Mientras tanto, en otra muestra de la intensa emoción del torneo, la leyenda ucraniana Vasili Ivanchuk vivió un episodio doloroso, visiblemente afectado por una derrota que terminó con su destacada participación en el campeonato.
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