En el Campeonato Mundial de Ajedrez Rápido, Magnus Carlsen sorprendió con un inicio desastroso, quedando en el puesto 83 de 180 participantes tras la primera jornada en Nueva York, acumulando solo 2,5 puntos de cinco partidas. Carlsen, que previamente arrasó en el circuito Champions Chess Tour en Oslo, se enfrenta a la presión de mantener su reputación en las modalidades rápidas, especialmente después de renunciar a competir en torneos clásicos. Su desempeño hasta ahora ha sido endeble, con empates inesperados y hasta una derrota contra jóvenes promesas como el bielorruso Denis Lazávik. La primera jornada dejó a los seguidores del noruego preocupados sobre sus posibilidades de remontar en las partidas restantes.
Mientras tanto, en los alrededores del evento, el ajedrez mantiene su popularidad interclasista en lugares como el parque Washington Square de Manhattan, donde jugadores de todas las clases sociales, desde vagabundos hasta millonarios, se reúnen. Allí, Marcel Anderson, entrenador profesional, expresa su frustración por no poder asistir al lujoso Cipriani, sede del mundial, debido a los altos costos de entrada, pero sigue el torneo de cerca por internet junto a millones de aficionados. A pesar de su tambaleante inicio, Carlsen es conocido por su resiliencia, y aunque el camino hacia la remontada parece desafiante, la comunidad ajedrecística global observa con anticipación si uno de los grandes del ajedrez logrará recuperar su forma habitual en las rondas restantes.
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