Magnus Carlsen, de 34 años, ha sido protagonista de una controversia durante el Mundial de Rápidas de ajedrez en Nueva York. Tras disputar ocho de las trece rondas, en las que se posicionaba 41º de 180 participantes, Carlsen decidió retirarse del torneo luego de ser multado con 200 euros por incumplir el código de vestimenta, que prohíbe el uso de pantalones vaqueros. A pesar de que el árbitro jefe le ofreció la oportunidad de cambiarse de ropa, Carlsen se negó y expresó su descontento con la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) en declaraciones a un medio de su propiedad, subrayando su desdén por las regulaciones impuestas. Además, su desempeño hasta ese momento ha sido catalogado como uno de los peores de su carrera, con un acumulado de tres victorias, cuatro empates y una derrota.
La reacción de la FIDE no se hizo esperar. Emitieron un comunicado reiterando que las normas del código de vestimenta han sido claramente comunicadas y conocidas por los jugadores, y destacaron que los árbitros aplicaron las reglas de manera imparcial. Esta situación reaviva el desgaste entre Carlsen y la FIDE, ya que el noruego había renunciado al título mundial de ajedrez clásico en 2022 por discrepancias sobre cambios en el reglamento que no fueron aceptados. A pesar de un reciente acuerdo anunciado por Carlsen sobre la coexistencia pacífica entre el ajedrez clásico y el freestyle, las tensiones parecen haber escalado nuevamente, poniendo en duda el futuro de Carlsen en competiciones oficiales organizadas por la FIDE y su todavía no alcanzada marca de ser el número uno en ajedrez clásico durante veinte años consecutivos, emulando a Gari Kaspárov.
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