El presidente de BBVA ha enfrentado este martes un escenario de incertidumbre tras la oferta pública de adquisición (OPA) que culminó con un resultado inesperado. Aunque inicialmente se preveía que la aceptación se situaría entre el 60% y el 70%, finalmente solo alcanzó el 25,4%. En medio de este contexto, el presidente aseguró que su continuidad al frente del banco no está vinculada al desenlace de este proceso. Su afirmación busca transmitir calma a los accionistas y al mercado, intentando minimizar el impacto del bajo nivel de aceptación.
Analistas del sector financiero ven en estos resultados un reflejo de la cautela con la que los accionistas han tomado la propuesta del banco. La expectativa inicial, significativamente más alta, demuestra el desafío que enfrenta BBVA para convencer a los inversores en futuras operaciones estratégicas. A pesar del revés, el presidente mantiene su postura firme de que el resultado no afecta su liderazgo, mientras la entidad se prepara para revisar y ajustar su estrategia de cara a futuros movimientos.
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