Este viernes, el mundo del espectáculo del Reino Unido recibió un golpe devastador con la noticia del fallecimiento de la legendaria actriz Maggie Smith a los 89 años en un hospital de Londres. Reconocida como un «tesoro nacional» y Dama del Imperio Británico, Smith será recordada por sus icónicos roles como la profesora Minerva McGonagall en la saga de Harry Potter y la condesa Violet Crawley en Downton Abbey. Carlos III del Reino Unido y el primer ministro Keir Starmer lideraron el coro de homenajes, destacando el ingenio, la calidez y el incalculable talento de Smith, que la convirtieron en una figura irremplazable tanto en el teatro como en el cine británico y mundial.
A lo largo de una carrera que abarcó más de seis décadas, Smith acumuló prestigiosos premios, incluidos dos Óscar, tres Globos de Oro y siete BAFTA, uno de ellos honorífico. El impacto de su trabajo trascendió las fronteras británicas, resonando fuertemente en Broadway y Hollywood. Compañeros de reparto y colegas en el mundo del teatro y el cine, como Hugh Bonneville, Dan Stevens y Whoopie Goldberg, rindieron emocionados tributos a su talento y maestría. Mientras tanto, sus hijos Chris Larkin y Toby Stephens pidieron privacidad y agradecieron al hospital por el cuidado en sus últimos días, dejando un legado imborrable en la historia del entretenimiento.
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