Madrid, 13 de octubre de 2023. Borja Carabante, delegado del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, ha visitado esta mañana el Viaje del Agua de Amaniel, una histórica instalación hidráulica subterránea en la capital, y ha invitado a la ciudadanía a descubrir este testimonio de la historia de Madrid. Construido a principios del siglo XVII por orden de Felipe III, el Viaje del Agua de Amaniel fue diseñado para proveer de agua al ya desaparecido Alcázar.
Las galerías subterráneas y el Arca Vieja, también conocido como Caño Gordo, ubicadas en el parque de Juan XXIII, son ahora accesibles al público gracias a los recientes trabajos de recuperación y rehabilitación llevados a cabo por el Ayuntamiento de Madrid. Carabante recorrió las instalaciones y animó a los madrileños a aprovechar esta oportunidad para conectar con su patrimonio histórico y cultural.
Las visitas guiadas gratuitas, organizadas por el Ayuntamiento a través del departamento de Educación Ambiental del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, ofrecen una experiencia única para conocer en profundidad esta obra de ingeniería. Los interesados pueden solicitar información y reservas mediante el correo electrónico [email protected] o a través del teléfono 914 80 21 41. Más detalles sobre las visitas están disponibles en el sitio web del Ayuntamiento de Madrid.
El Viaje del Agua de Amaniel debe su nombre a la Dehesa de Amaniel, actualmente conocida como Dehesa de la Villa. Fue en 1613 cuando Felipe III ordenó su construcción para abastecer de agua al Alcázar de Madrid, y más tarde, al Palacio Real. A diferencia de otros viajes de agua que eran de titularidad municipal, este pertenecía a la Casa Real, lo que permitía a la Corona otorgar concesiones de agua a conventos y nobles.
Las obras iniciales, dirigidas por Tomás de Angulo y Fray Alberto de la Madre de Dios, culminaron en 1621. No obstante, el viaje enfrentó problemas constantes de colapsos y derrumbes, además de la sobreexplotación derivada de las concesiones, lo que dificultaba atender las necesidades del Alcázar de manera eficiente.
Tras el incendio del Alcázar y la subsecuente construcción del nuevo Palacio Real, se realizaron proyectos de recuperación de esta infraestructura. El arquitecto Juan Bautista Saqueti intentó llevar a cabo un proyecto de rehabilitación entre 1750 y 1751, que solo logró pequeñas reformas. Francisco Sabatini también retomó la tarea en el siglo XVIII, pero la renovación completa nunca se materializó.
En 1846, Narciso Pascual y Colomer, entonces arquitecto mayor del palacio, realizó el plano más detallado que se conserva del Viaje del Agua de Amaniel. Sin embargo, con la llegada del Canal de Isabel II en 1858, que garantizó el suministro de agua a Madrid, la relevancia de esta instalación disminuyó, llevándola al abandono paulatino. El viaje permaneció como Patrimonio Real hasta 1954, año en que fue integrado a la red municipal de aguas.
Para aquellos interesados en explorar más sobre el Viaje del Agua de Amaniel y su historia, el Ayuntamiento de Madrid proporciona recursos adicionales en su portal web.
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