El caos en el transporte público de Madrid ha marcado el inicio de la semana para miles de usuarios, quienes enfrentaron largas filas, empujones e interminables esperas debido a las obras de modernización en la línea 6 del metro. Con el cierre del arco este que conecta Legazpi con Moncloa, los ciudadanos han tenido que buscar alternativas en los autobuses de la EMT. El servicio especial SE6, diseñado para replicar el trayecto de la línea afectada, ha operado con gratuidad, intentando mitigar el impacto de la interrupción, pero los testimonios reflejan insuficiencias en la capacidad y la información ofrecida. El fenómeno se intensificó con el regreso a las aulas, especialmente en zonas como Ciudad Universitaria, afectando a estudiantes de la Complutense y la Politécnica, para quienes el metro es vital.
La situación ha generado desconcierto y críticas a la gestión, exacerbadas por el uso de medios de transporte alternativos como los autobuses que, a pesar de los refuerzos, resultaron inadecuados para la afluencia de viajeros. Los trabajadores y usuarios resintieron los inconvenientes del corte, desde Méndez Álvaro hasta Conde de Casal. La tensión se reflejó en las redes sociales, donde el ministro de Transportes, Óscar Puente, expresó su irritación por el “segundo día consecutivo de caos en el metro”. No obstante, la Comunidad de Madrid defiende que estas obras, que costarán 800 millones de euros, mejorarán a largo plazo la capacidad y eficiencia del servicio, proyectando modernizar la línea 6 para 2027 con trenes de conducción automática, capaces de transportar un 17% más de pasajeros.
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