Madrid se enfrenta a una de las crisis de vivienda más importantes de su historia reciente, marcada por el encarecimiento del alquiler y la escasez de oferta. Según el último informe del Ayuntamiento, el precio medio de alquiler en la capital ha aumentado un 10% en el último año, ascendiendo a 1.200 euros mensuales. Esta situación afecta especialmente a los jóvenes y las familias con ingresos medios y bajos, quienes ven cada vez más difícil acceder a una vivienda digna. La creciente demanda de alquiler contrasta con una oferta que no ha crecido al mismo ritmo, provocando una competencia feroz entre los inquilinos y dejando a muchos fuera del mercado.
El Consistorio ha anunciado una serie de medidas para hacer frente a esta problemática, entre las que destacan la promoción de vivienda pública y la colaboración con entidades privadas para aumentar la oferta de pisos en alquiler social. Además, planea implementar ayudas directas y beneficios fiscales para los propietarios que arrienden sus viviendas a precios justos. Sin embargo, las asociaciones de vecinos y varios expertos en urbanismo consideran que estas soluciones son insuficientes y llegan tarde, advirtiendo que, de no tomarse acciones más contundentes y estructurales, la crisis habitacional en Madrid podría agravarse aún más en los próximos años.
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