En el Pequeño Anfiteatro del Colegio de Médicos de Madrid, recientemente reformado bajo la gestión de Manuel Martínez-Sellés, se llevó a cabo el intenso debate electoral entre los tres candidatos a la presidencia de la institución: el propio Martínez-Sellés, que busca la reelección; Esther Rubio, nefróloga del hospital Puerta del Hierro; y Tomás Merino, exgerente del hospital Fuensanta. En la discusión, que atrajo a unos cien asistentes, se abordaron temas críticos para la sanidad madrileña, en especial los desafíos que enfrentan los médicos de Atención Primaria y Pediatría, marcados por agendas saturadas y una carga laboral insostenible. Aunque todos los candidatos mostraron interés en resolver estos problemas, las tensiones se intensificaron al discutir la gestión económica de la actual junta directiva, especialmente respecto a las controvertidas reformas y contratos de arrendamiento de las propiedades del colegio.
Manuel Martínez-Sellés, cuestionado por su cercanía con el gobierno regional y su manejo durante la huelga de sanitarios de 2022, defendió sus acciones destacando la rebaja de la cuota trimestral para colegiados y su estrategia de buscar financiación alternativa a través del alquiler de inmuebles del colegio. Esther Rubio se posicionó como la candidata independiente, mientras Tomás Merino enfatizó una campaña de transparencia, prometiendo incluso donar su sueldo si es elegido. Las elecciones del 17 de diciembre, buscando superar la baja participación del 13% de votantes de años anteriores, incluirán medidas como el voto telemático y más espacios para votar. Sin embargo, persisten las críticas sobre la falta de mesas electorales en centros de atención primaria, subrayando la necesidad de un proceso más inclusivo y representativo.
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