El 4 de julio, Día de la Independencia en Estados Unidos, es tradicionalmente una fecha de celebración con fuegos artificiales y barbacoas. Sin embargo, detrás de esta imagen festiva se oculta una realidad más compleja que ha ganado relevancia en los últimos años. Problemas como la pobreza persistente, el acceso limitado a la salud, y retrocesos en derechos reproductivos resaltan la creciente desigualdad en el país. A esto se suma la violencia racial y la crisis de opioides, exacerbadas bajo la administración de Donald Trump, cuya política de polarización y medidas restrictivas ha intensificado tensiones sociales y políticas.
En este contexto, varios artistas han utilizado su plataforma para criticar y reflexionar sobre la realidad estadounidense. Childish Gambino, con su contundente «This Is America», aborda la violencia y desigualdad racial. Kendrick Lamar, durante su actuación en el Super Bowl, lanzó un manifiesto simbólico sobre la opresión racial y cultural. Beyoncé, con trabajos como «Cowboy Carter», y colaboraciones como «America Has a Problem», reevalúa la herencia cultural afroamericana. Artistas latinos como Bad Bunny y Shakira también han alzado la voz, representando las luchas de la comunidad latina a través de su música y visibilizando las injusticias sufridas por los migrantes. Estas manifestaciones culturales son un llamado a la acción y reflexión en un momento crucial para la sociedad estadounidense.
Leer noticia completa en El Pais.