En una jornada marcada por la tensión y el silencio, José Noé Ortiz, productor de maíz, convocó a un minuto de silencio en memoria de líderes limoneros asesinados en Veracruz y Michoacán. Ante la crisis que afecta al campo mexicano, decenas de manifestantes bloquearon la carretera Guadalajara-Colima para exigir al Gobierno un precio justo para la tonelada de maíz, solicitando 7.200 pesos frente a los 6.050 ofrecidos por las autoridades. La protesta, extendida a todo el país, busca también visibilizar la inseguridad rural, tras el asesinato de dos citricultores en los últimos días. En varios estados, como Sinaloa y Morelos, las carreteras amanecieron cortadas, reflejando el descontento general de los agricultores.
Mientras tanto, la cara oculta de la protesta afecta a aquellos atrapados en el tráfico, como los pasajeros de un autobús en Zinapécuaro, Michoacán, quienes llevaban 24 horas sin avanzar. La desesperación crece entre los varados, quienes relatan su frustración y el hambre que enfrentan. Frente a Palacio Nacional, los manifestantes rechazan vehementemente las ofertas del Gobierno, recordando que años atrás el precio del maíz era más favorable bajo la administración de López Obrador. Según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, el aumento en los costos de producción y la caída en los precios han generado un colapso en la rentabilidad, intensificando la crisis del sector agrícola.
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