El canciller alemán, Olaf Scholz, ha perdido una moción de confianza en el Bundestag, lo que lleva a Alemania a anunciar elecciones legislativas anticipadas para el 23 de febrero. De los 736 diputados, 207 votaron a favor de Scholz, 394 votaron en contra y 116 se abstuvieron, confirmando que no contaba con el apoyo necesario para continuar en el cargo. En su intervención, Scholz señaló la falta de respaldo hacia su gobierno de coalición con los Verdes y liberales, destacando que los recientes desacuerdos llevaron al cese de varios ministros liberales en un intento de realinear fuerzas políticas para las próximas elecciones. El presidente alemán, Franz-Walter Steinmeier, procederá ahora con la convocatoria oficial de las elecciones, que se celebrarán anticipadamente como dicta la Constitución.
En el contexto de la campaña electoral, Scholz busca posicionarse como defensor de los más vulnerables y se distanciará de su rival conservador, Friedrich Merz, presentándolo como una amenaza a los logros de su partido. La política exterior y la postura de Alemania frente a la guerra en Ucrania también marcan esta contienda electoral; Scholz insiste en ayudar a Ucrania sin llegar a enviar tropas, mientras Merz defiende un apoyo más decidido, incluyendo el envío de misiles de largo alcance. Merz critica la gestión de Scholz, acusándolo de dejar al país en una crisis económica sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. Con los sondeos a favor de Merz y su partido, CDU/CSU, la configuración política de Alemania podría cambiar drásticamente, pero aún quedaría por ver cómo alinearía posibles coaliciones para gobernar efectivamente.
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