La prolongada ausencia del presidente de Camerún, Paul Biya, de la vida pública durante un mes ha generado intensas especulaciones acerca de su estado de salud y ha despertado temores sobre posibles tensiones políticas en caso de su fallecimiento. Con 91 años, Biya es el presidente en funciones más longevo del mundo y es conocido por desaparecer durante semanas, lo que afecta la gestión diaria de un país que enfrenta desafíos importantes, como una guerra secesionista en el oeste y un conflicto armado en el norte. Desde su última aparición el 8 de septiembre en el foro de Cooperación China-África en Pekín, Biya ha cancelado su participación en eventos relevantes como la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Cumbre de la Francofonía.
A pesar de los intentos del gobierno camerunés de minimizar la situación, asegurando que Biya se encuentra bien y regresará pronto al país, las declaraciones oficiales han hecho poco para calmar las especulaciones. La decisión del ministro del Interior, Paul Atanga Nji, de prohibir a los medios discutir sobre la salud del presidente ha sido criticada como un intento de censura, algo inédito según analistas locales. Mientras tanto, se mantiene la incertidumbre sobre un posible vacío de poder, dado que Biya lleva más de cuatro décadas en el poder. El gobierno y sus aliados incluso han alentado una nueva candidatura de Biya para las elecciones de 2025, insinuando su continuidad a pesar de la avanzada edad del mandatario.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.