En un clima de tensión, la ciudad de Cali se vio sacudida por una serie de atentados explosivos el martes, apenas horas antes de la llegada del presidente Gustavo Petro. Los ataques, atribuidos a las disidencias de las FARC como conmemoración del aniversario de la muerte de Leider Johani Noscué, causaron caos y una profunda sensación de inseguridad entre los ciudadanos. Tres explosiones ocurrieron en diferentes zonas de la ciudad, incluyendo Manuela Beltrán y Meléndez, dejando un saldo de al menos cuatro muertos y varios heridos. Las autoridades locales, lideradas por el alcalde Alejandro Éder, respondieron con medidas restrictivas como cierre anticipado de comercios y ley seca, mientras la ciudadanía trataba de volver a la normalidad en medio del miedo y los destrozos.
A pesar de los llamados del Concejo Distrital para cancelar su visita, el presidente Petro llegó a Cali para encabezar un consejo de seguridad y participar en una movilización en su favor. Junto a funcionarios como la gobernadora Dilian Francisca Toro, Petro firmó un controvertido decreto convocando una consulta popular sobre la reforma laboral, lo que añadió más incertidumbre al ambiente político. Mientras tanto, cientos de simpatizantes se congregaron en las calles a pesar de la tensión, mostrando su apoyo al mandatario. Sin embargo, en las áreas afectadas por las explosiones, una palpable falta de presencia policial dejó a los residentes preocupados por su seguridad ante la ausencia de nuevas estrategias para contrarrestar la violencia que marcó la jornada.
Leer noticia completa en El Pais.