En una jornada ciclista marcada por la presencia legendaria de Miguel Indurain en Pamplona, el ex campeón del Tour de Francia calificó a Navarra como un «paraíso para andar en bici», lo que sirvió como una efectiva publicidad para la región sin necesidad de costosos anuncios. La jornada transcurrió desde el Baztan hasta la Tierra Estella, con condiciones climáticas benignas que favorecieron a los ciclistas, aunque Indurain destacó que el ciclismo profesional siempre implica una alta cuota de sufrimiento. Este recorrido reunió a diversos deportistas, incluyendo al guipuzcoano Xabier Isasa, de 23 años, quien protagonizó una escapada junto a otros corredores, desafiando la norma del «dolor administrado» en el deporte.
El relato del día estuvo también marcado por un accidente en el pelotón, que perturbó temporalmente el orden desordenado de los ciclistas, aunque, como suele suceder, la atención se centró en asegurar que ningún favorito resultara gravemente afectado. Este incidente no alteró finalmente la estrategia del Ineos y Caleb Ewan, quien se llevó la victoria en una jornada donde Max Schachmann logró mantener el maillot amarillo pese a verse implicado en el corte generado por la caída. Al final, la reflexión recae sobre los corredores anónimos, aquellos que, aunque no cuentan con el reconocimiento de las estrellas, viven y sufren la dureza del ciclismo con la misma intensidad y cuyas familias observan con el corazón en un puño cada metro recorrido.
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