En un contexto de crecientes tensiones comerciales a nivel global, los inversores han iniciado una retirada masiva de las bolsas, reflejando el temor persistente ante la incertidumbre económica. La escalada de tarifas y represalias comerciales entre las principales potencias económicas profundiza el pesimismo entre los mercados, lo que se traduce en una volatilidad significativa. A medida que las negociaciones entre las naciones no muestran progreso, los actores del mercado optan por estrategias más seguras, alejándose de activos considerados de riesgo.
La incertidumbre no solo impacta las decisiones de inversión, sino que también plantea serias preocupaciones sobre el crecimiento económico mundial. Analistas advierten que la prolongación de la guerra comercial podría llevar a una desaceleración económica pronunciada, afectando tanto a países desarrollados como emergentes. Esta situación crea un entorno complicado para los inversores, quienes continúan buscando refugio en activos más estables, como bonos y oro, mientras los líderes políticos intentan encontrar soluciones para amortiguar el impacto en la economía global.
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