En España, el calor extremo ha convertido a las cafeterías en refugios climáticos para muchos trabajadores autónomos que carecen de aire acondicionado en casa. Con las temperaturas superando los 40 grados, estos establecimientos han asumido un nuevo rol como espacios de trabajo improvisados. Los propietarios de diversas cafeterías en Madrid, como Osom Coffee, han adaptado sus locales para satisfacer la creciente demanda de trabajadores que buscan un ambiente cómodo y fresco para laborar. Rufino Paniza, cofundador de Osom Coffee, señala que el confort climático es una necesidad básica, especialmente en verano, y muchos clientes eligen estos espacios por su comodidad y el acceso a buen wifi.
En Barcelona, aunque las playas son una opción popular para escapar del calor, las cafeterías también actúan como destinos de trabajo frescos. Three Marks Coffee ha notado que, aunque no buscan más clientela trabajando, el confort climático se ha vuelto un complemento importante. Espacios como Nofin y En Bruto en Madrid ofrecen políticas específicas para quienes desean quedarse largas horas, mostrando que la demanda de estos refugios va más allá del simple consumo de café. Las cafeterías están evolucionando para convertirse en extensiones de las oficinas o los hogares, proporcionando un ambiente donde las personas pueden trabajar cómodamente mientras disfrutan de una buena bebida, un fenómeno que, según expertos, ha llegado para quedarse.
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