En el reciente informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), se destaca el crucial papel que desempeñan los cables submarinos en la conectividad de las regiones extrapeninsulares de España, como Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla. A pesar de la visibilidad que disfrutan los centros de datos y el despliegue del 5G, estos cables son la infraestructura esencial que garantiza que dichas regiones tengan acceso a servicios de telecomunicaciones comparables a los de la península.
El informe señala que el 7,5% de la población española, es decir, unos 3,6 millones de personas, depende de esta infraestructura submarina para acceder a internet, aplicaciones cloud y servicios esenciales. En la actualidad, 15 cables submarinos están operativos y se espera que se sumen tres más en los próximos dos años. Sin estos enlaces, no sería posible la conexión a plataformas como Microsoft Azure, AWS y Google Cloud.
En cuanto a redundancia y resistencia, la CNMC advierte sobre la necesidad de modernizar algunos cables existentes y mejorar las redundancias para evitar interrupciones en servicios críticos. Balears, por ejemplo, cuenta con cuatro cables, algunos con acuerdos de intercambio de fibras, mientras que Canarias tiene cinco, pero enfrenta retos debido a la distancia de 1.500 km hasta la península.
Canarias y el aislamiento geográfico presentan desafíos significativos. A pesar de tener varios cables activos, la CNMC subraya la necesidad de constantes inversiones para mejorar su capacidad y resiliencia. La implementación del Pencan 10 en 2026 y un nuevo cable para El Hierro se anuncian como proyectos importantes en este sentido.
La posición de Ceuta y Melilla es admirada, ya que ambas ciudades tienen casi una cobertura total de banda ancha ultrarrápida, superando la media española y siendo un referente en Europa. Esto no solo beneficia a los residentes, sino que posiciona a estas ciudades como nodos estratégicos para servicios cloud en la ribera sur del Mediterráneo.
El informe de la CNMC confirma que la infraestructura actual en estas áreas es sólida, pero también destaca la necesidad de fortalecer la resiliencia. Las futuras inversiones y la renovación de cables antiguos serán esenciales para garantizar el acceso confiable a la nube y a otras tecnologías digitales emergentes en estas regiones clave para España.
En definitiva, si bien el panorama actual es positivo, el camino hacia la modernización y refuerzo de esta infraestructura submarina es crucial para mantener y mejorar la conectividad indispensable para el crecimiento económico y digital del país.
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