Un incendio de gran magnitud se desató en un edificio del centro de la capital, poniendo a prueba la rápida respuesta de los servicios de emergencia locales. Según el jefe de Bomberos, Carlos Marín, la tragedia podría haber sido significativamente mayor, ya que en este tipo de situaciones «la diferencia entre que fallezcan cuatro personas o 40 es cuestión de suerte». Los equipos de bomberos llegaron al lugar en cuestión de minutos, logrando controlar el fuego antes de que se extendiera a estructuras adyacentes, lo que fue crucial para evitar una catástrofe mayor.
El siniestro, que dejó a varias familias sin hogar, destaca la importancia de contar con medidas de seguridad efectivas y sistemas de prevención contra incendios en edificios residenciales. Las autoridades están investigando las causas del incendio, mientras los afectados reciben asistencia de emergencia. Este incidente subraya una vez más la delgada línea entre un rescate exitoso y una tragedia masiva, resaltando la dedicación de los cuerpos de emergencia y la necesidad de mantener protocolos de seguridad actualizados en entornos urbanos densos.
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