Hace un año, Carlos Mazón, un político alicantino, asumió la presidencia de la Generalitat Valenciana, sucediendo a la gestión del pacto del Botànic liderado por Ximo Puig. Mazón, siguiendo la senda de Eduardo Zaplana, ha utilizado una estrategia de comunicación innovadora centrada en plataformas digitales como TikTok, lo que le ha permitido capturar la atención de aquellos menos interesados en la política. Esta estrategia parece estar consolidando una hegemonía del Partido Popular en la región, cuestionando si realmente alguna vez la perdieron. Actualmente, el 70% de los valencianos reconoce a Mazón, según una encuesta de Lápiz Estratégico Consulting, destacando su creciente presencia en el escenario político regional.
La situación contrasta con la de otros actores políticos. El síndic de Compromís, Joan Baldoví, es conocido por sus intervenciones en el Congreso, pero enfrenta un desafío interno con un partido que no logra generar nuevos liderazgos sólidos, dejando un claro vacío tras la posible salida de figuras como Mónica Oltra y Joan Ribó. En el ámbito socialista, la ministra y líder del PSPV, Diana Morant, aún no logra captar el impulso deseado, con un bajo porcentaje de reconocimiento entre los ciudadanos valencianos. Las encuestas actuales favorecen a PP y VOX, proyectando una ventaja significativa sobre la oposición de PSPV y Compromís. Esta situación obliga a la izquierda valenciana a reflexionar profundamente sobre su futuro estratégico para no quedarse relegada en la oposición.
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