El Buque de Acción Marítima (BAM) Furor tiene la tarea de supervisar la seguridad durante la ruta de la Flotilla, en un operativo inédito pues es la primera vez que escolta un barco de civiles. Esta misión subraya el compromiso de las fuerzas navales en la protección de embarcaciones no militares, reforzando su presencia en actividades civiles en el mar. A pesar de la tecnología avanzada del BAM Furor, la ausencia de un sistema antidrones plantea retos en la detección y neutralización de posibles amenazas de ese tipo, demandando estrategias alternativas para garantizar la seguridad.
Durante el recorrido, el BAM Furor se encargará de velar por evitar incidentes, asegurando un tránsito pacífico para los barcos civiles participantes. El despliegue del Furor en un contexto no militar demuestra la versatilidad operativa de este tipo de buques y su capacidad para adaptarse a nuevas funciones, más allá de las misiones tradicionales. Esta operación es un reflejo de la creciente colaboración entre fuerzas navales y el sector civil para garantizar la seguridad en vías marítimas que son esenciales tanto para el comercio como para el turismo.
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