El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, sorprendió al mundo diplomático al aceptar un acuerdo con Estados Unidos para la deportación de migrantes indocumentados implicados en crímenes graves hacia El Salvador. En una reunión de casi tres horas con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, Bukele no solo accedió a recibir a estos migrantes, sino que también ofreció las cárceles salvadoreñas para albergar a delincuentes peligrosos de nacionalidad estadounidense. Rubio, quien anunció el acuerdo ante la prensa desde un hotel en San Salvador, destacó que esta iniciativa representa un gesto de amistad sin precedentes entre ambos países, mencionando que nunca antes un país había realizado una oferta de tal magnitud.
El pacto, que aún está en sus fases finales, se describe como una colaboración sin precedentes en la relación entre Estados Unidos y El Salvador, y posiblemente en toda América Latina. Aunque Bukele no ofreció muchos detalles específicos sobre el convenio, destacó que se trata de un acuerdo mucho más amplio que los anteriores pactos de Tercer País Seguro impulsados durante la administración de Donald Trump. El Gobierno estadounidense también evalúa la posibilidad de utilizar el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador para encarcelar a supuestos integrantes de la organización criminal Tren de Aragua. Bukele, allegado del expresidente Trump, reivindicó la importancia de Estados Unidos como socio clave, resaltando que mantener una relación cercana con ese país es vital para El Salvador.
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