La Comisión Europea ha lanzado una advertencia al canciller alemán Olaf Scholz respecto a las restricciones impuestas a la actividad empresarial, señalando que estas no pueden justificarse únicamente por motivos económicos. La reacción de Bruselas se produce tras las declaraciones de Scholz, en las que calificó de «ataques» y «hostiles» los movimientos del banco italiano Unicredit, que busca aumentar su participación del 9% al 21% en el Commerzbank alemán. Scholz defendió que tales adquisiciones no son beneficiosas para las instituciones financieras y reiteró la postura del gobierno alemán en contra de este tipo de operaciones.
La Comisión Europea subraya que las restricciones a las libertades fundamentales solo son permitidas si son proporcionales y responden a un interés legítimo, como la seguridad pública, determinado por un tribunal. Esta posición contrasta con la del Banco Central Europeo, que ha abogado durante años por más fusiones transfronterizas para fortalecer el sistema bancario europeo. En respuesta a los movimientos de Unicredit, el gobierno alemán, que posee un 10% del Commerzbank, ha frenado cualquier venta de acciones. Sin embargo, Unicredit ha formalizado su intención de alcanzar una participación del 21%, lo que le convertiría en el principal accionista, a la espera de aprobación regulatoria.
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