La Comisión Europea ha mejorado sus proyecciones para España, elevando el crecimiento del país a un 2,6% este año, superando en tres décimas las cifras anteriores de noviembre. Este ajuste se produce en el contexto de la guerra de aranceles impulsada por Donald Trump, que ha generado cierta incertidumbre. Sin embargo, las previsiones para la Unión Europea y la Eurozona se han moderado, con un crecimiento estimado del 0,9%, evidenciando un impacto más significativo a nivel regional.
Para España, la revitalización económica se apoyará en un aumento del consumo de los hogares y una recuperación gradual de la inversión privada, aunque esta última enfrenta desafíos debido a las tensiones comerciales. La Comisión destaca que el consumo se beneficiará de aumentos moderados en los salarios reales y un crecimiento del empleo, a pesar de la desaceleración de la migración interna. La incertidumbre en el comercio global afectará la inversión privada, aunque la economía española, en general, mantiene una exposición limitada a Estados Unidos, lo que ayuda a mitigar los efectos negativos, apoyada por tipos de interés más bajos y el impulso de los fondos europeos.
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