En un esfuerzo por mejorar la competitividad en un contexto global cada vez más volátil, la Unión Europea ha presentado una serie de medidas destinadas a reducir la burocracia corporativa y facilitar la inversión estratégica. La Comisión Europea anunció estas iniciativas con la intención de simplificar las normativas, adaptándolas proporcionalmente a los ingresos de las empresas y reduciendo un 25% las cargas administrativas, llegando hasta un 35% en el caso de las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Se estima que estas acciones podrían suponer un ahorro anual de aproximadamente 6.300 millones de euros en costes administrativos y activar una inversión pública y privada adicional de 50.000 millones de euros. Las medidas, que se implementarán gradualmente en los próximos tres años, buscan «proteger a las empresas» simplificando los requisitos de información y permitiendo más flexibilidad mediante el llamado ‘stop de clock’.
La Comisión Europea mantiene su compromiso con los objetivos medioambientales y de competitividad a medida que persigue una simplificación legislativa en áreas clave como la información financiera sostenible y la taxonomía de la UE. Además, se potenciará el programa InvestEU para fomentar inversiones estratégicas y se incentivará la colaboración entre los Estados miembros y el sector privado para maximizar los fondos disponibles. El comisario para la Economía y la Reducción de la Burocracia, Vladis Dombrovskis, señaló que reducir las normativas complejas es fundamental para fortalecer la economía europea, permitiendo a las empresas, especialmente a las PYMES, enfocarse en el crecimiento, la innovación y las transiciones ecológica y digital. A su vez, la comisaria Maria Luís Albuquerque destacó que un entorno empresarial más favorable podría impulsar el crecimiento y la competitividad de la UE, atrayendo inversiones mientras se avanza en los objetivos del Pacto Verde.
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