Bruselas ha iniciado el proceso legislativo para reducir aranceles a productos industriales estadounidenses, un movimiento crucial en el acuerdo comercial con EE. UU. cerrado recientemente. Esta iniciativa busca evitar la amenaza de Donald Trump de imponer nuevos aranceles a Europa si no modifica su reglamento digital. El proceso legislativo incluirá la retroactividad de las reducciones arancelarias a los automóviles, un sector clave para Europa, que se mantendrá dentro de un tope del 15%, aunque actualmente está en 27,5%. El comisario de Comercio, Maros Sefcovic, destacó la importancia del acuerdo para la estabilidad y la colaboración en desafíos compartidos, como el acero. Ahora, el Parlamento Europeo y el Consejo deberán aprobar las propuestas para que entren en vigor, pero el paso dado es suficiente como garantía para EE. UU. según las condiciones de la Casa Blanca.
El acuerdo suscita controversia, con críticas de falta de garantías y posibles asimetrías, especialmente por los aranceles sobre acero y aluminio. Bernd Lange, presidente de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, ha expresado dudas sobre su aprobación en la Eurocámara. En paralelo, Trump amenaza con nuevos aranceles por la legislación digital europea, que considera discriminatoria para las empresas estadounidenses. La UE defiende su derecho a regular actividades económicas en su territorio y asegura que estas legislaciones no fueron parte de las negociaciones del acuerdo comercial, aunque dichas afirmaciones ahora se ven cuestionadas. Bruselas sostiene que el pacto ofrece estabilidad y previsibilidad a las empresas, aunque las tensiones por las políticas digitales persisten.
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