Expertos en seguridad alimentaria han encendido las alarmas ante un brote de infección por la bacteria E. coli, que ha afectado a clientes de la cadena de comida rápida McDonald’s en Estados Unidos. Hasta el momento, se han confirmado 50 casos de infección y, lamentablemente, se ha producido al menos una muerte. La situación ha generado preocupación no solo entre los consumidores, sino también entre las autoridades sanitarias, quienes están trabajando para identificar el origen del brote. La cadena de restaurantes ha declarado su total disposición para colaborar en las investigaciones, con el objetivo de identificar el ingrediente específico de sus hamburguesas Cuarto de Libra que podría estar provocando estas infecciones.
Este brote ha puesto en evidencia un problema recurrente en Estados Unidos, donde cada año se registran alrededor de 74,000 casos de infección por E. coli y un promedio de 60 muertes. La situación también ha abierto el debate sobre la seguridad de los procesos de producción y distribución de alimentos en el país, especialmente en grandes cadenas de comida rápida. McDonald’s, por su parte, está bajo presión tanto pública como legal, al enfrentar demandas por posibles fallas en la seguridad alimentaria y, además, por acusaciones de manipulación de precios en sus productos cárnicos. La resolución de este brote será crucial no solo para garantizar la seguridad de los consumidores, sino también para la reputación y continuidad operativa de la cadena.
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