En la República Democrática del Congo, la preocupación crece a medida que las autoridades sanitarias, con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), intentan controlar un brote de ántrax que ya ha registrado 16 casos sospechosos y uno confirmado en Kivu del Norte. La situación, que ha causado una muerte, ha puesto en alerta a la región, y el esfuerzo se centra en detener la transmisión de esta peligrosa enfermedad de animales a humanos.
La OMS ha activado un plan de respuesta que incluye la vigilancia intensiva de la situación, con investigaciones para rastrear el origen y las vías de transmisión del brote. Los equipos de la organización están proporcionando suministros médicos esenciales y tratamientos, mientras coordinan acciones con Uganda, donde también se han detectado siete casos.
Boureima Sambo, representante de la OMS en la RDC, destacó la necesidad urgente de interrumpir la propagación del ántrax, una infección bacteriana que generalmente afecta a animales pero que puede contagiar a humanos mediante contacto directo o a través de productos contaminados. Los síntomas varían desde llagas en la piel hasta complicaciones respiratorias severas, dependiendo de la vía de contagio.
En respuesta, están vacunando al ganado de las comunidades cercanas al foco del brote, especialmente en las zonas que rodean ríos, donde se han encontrado animales infectados. Estas acciones incluyen la eliminación segura de cadáveres de animales y el aumento de la conciencia pública sobre medidas preventivas.
El brote fue reportado inicialmente el 22 de marzo en el Parque Nacional de Virunga, con la muerte de varios búfalos e hipopótamos, elevando las alarmas y la necesidad de intervención rápida para proteger la salud pública y evitar una crisis mayor en la región.