La adquisición de VMware por Broadcom ha generado controversia en el ecosistema tecnológico. A la retirada de las licencias perpetuas, se suma ahora el envío masivo de cartas legales que requieren a los clientes cesar el uso de actualizaciones y parches tras el fin de sus contratos de soporte.
Broadcom ha intensificado su transición forzosa a modelos de suscripción. Desde abril de 2025, la compañía está enviando cartas de “cease-and-desist” a usuarios de licencias perpetuas cuyas renovaciones de soporte han expirado. El documento, firmado por Mike Brown, Managing Director de Broadcom, exige a los clientes desinstalar cualquier actualización o parche aplicado tras la expiración de su contrato.
Desde la compra de VMware en noviembre de 2023, Broadcom eliminó la opción de licencias perpetuas, ofreciendo únicamente suscripciones anuales o multianuales, con incrementos de precio de hasta un 300 %. Aunque los usuarios pueden seguir utilizando el software según las condiciones originales, ya no tienen derecho a soporte o actualizaciones sin un contrato vigente. La reciente ofensiva legal prohíbe el uso de cualquier parche obtenido después del vencimiento del soporte.
Las cartas oficiales de Broadcom exigen «cesar inmediatamente el uso de servicios de soporte, incluyendo actualizaciones, extensiones, parches o mejoras posteriores a la expiración del contrato». Además, advierten que el uso continuado podría llevar a reclamaciones legales.
La reacción en foros técnicos ha sido inmediata. Algunos administradores aseguran haber recibido cartas pocos días después de la expiración de sus contratos. Este tipo de prácticas ha llevado a muchas pymes y MSPs a considerar alternativas a VMware, como Proxmox VE, Nutanix CE y soluciones basadas en KVM y Kubernetes.
¿Qué pueden hacer los administradores ahora? Revisar contratos actuales, realizar auditorías internas, explorar alternativas y buscar asesoramiento legal son pasos recomendados ante la ambigüedad del alcance de estas cartas.
Este enfoque legal marca un precedente en la industria. Broadcom parece dispuesta a judicializar incluso el uso de actualizaciones de seguridad, y amenaza con auditar a quienes no cumplan con sus requisitos. En un entorno de creciente dependencia de parches de seguridad, obligar a desinstalar mejoras críticas podría generar riesgos innecesarios.
La adquisición está transformando no solo el modelo de negocio de VMware, sino también la relación con sus clientes. Lo que fue una licencia vitalicia con actualizaciones opcionales se convierte ahora en un modelo cerrado y vigilado. La comunidad técnica enfrenta una elección crucial entre aceptar las nuevas condiciones o explorar alternativas, mientras Broadcom busca proteger su propiedad intelectual, pero corre el riesgo de dañar relaciones con miles de clientes. ¿Estamos ante el fin de VMware tal como lo conocemos?
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