En un inusual evento celebrado en la Rosaleda de la Casa Blanca, un hombre caracterizado por su llamativa apariencia captó la atención de los presentes al alabar las políticas arancelarias estadounidenses, en compañía del expresidente Donald Trump. Vestido con una visera con el logo presidencial, un bigote al estilo de Hulk Hogan y un chaleco fluorescente, el individuo no ocultó su ferviente apoyo al lema «Make America Great Again». Este acto no solo resaltó por el peculiar atuendo del participante, sino también por su firme defensa de las medidas proteccionistas adoptadas por la administración Trump, las cuales, según él, son fundamentales para revitalizar la economía estadounidense.
La figura, cuya identidad sigue siendo un enigma para muchos, se ha convertido en un símbolo del fervor nacionalista que caracteriza a sectores de la población estadounidense. Su discurso, cargado de entusiasmo, destacó la importancia de los aranceles para proteger las industrias locales frente a la competencia internacional. En un momento de crecientes tensiones económicas globales, el mensaje del protagonista refleja una confianza ciega en el impacto positivo de estas políticas, alineándose con la retórica proteccionista que caracterizó gran parte del mandato de Trump. La presencia de este excéntrico defensor de los aranceles en un lugar tan emblemático como la Casa Blanca subraya la continua relevancia de las políticas comerciales en el diálogo político estadounidense.
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