En Brasilia, estudiantes universitarios y ciudadanos salieron a las calles para manifestar su júbilo ante la condena del expresidente Jair Bolsonaro y siete de sus aliados, acusados de intentar un golpe de Estado y abolir la democracia en Brasil. Con una figura inflable gigante de Bolsonaro ataviado como prisionero, la multitud coreó “¡Sin amnistía!” y cantó consignas políticas. Esta manifestación refleja la satisfacción de amplios sectores de la sociedad ante un fallo considerado histórico por el Supremo Tribunal Federal, visto como un ajuste de cuentas tras años de tumulto político bajo el liderazgo del exmandatario.
El fallo del tribunal, que encontró a Bolsonaro culpable de liderar una organización criminal contra el Estado de derecho, no solo marca la primera vez que un expresidente brasileño es condenado por atacar la democracia, sino que también resuena entre quienes recuerdan su gestión durante la pandemia de COVID-19. Más de 700,000 personas perdieron la vida en ese período y algunos manifestantes recordaron las polémicas medidas del gobierno ultraderechista. La universitaria Roberta Pontes expresó que, aunque Bolsonaro haya sido condenado por un intento de golpe, muchos en la sociedad recuerdan las múltiples ofensas que su administración causó al país.
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