A finales de 2024, Brad Pitt y Angelina Jolie culminaron uno de los divorcios más intricados y publicitados de la última década. Desde su separación inicial en septiembre de 2016, ambos actores se enfrascaron en una prolongada disputa legal, centrada en la gestión de su patrimonio compartido, incluidas unas bodegas en Francia, y la custodia de sus seis hijos. Aunque la pareja optó por el silencio durante el proceso, Pitt rompió su mutismo seis meses después al hablar, brevemente, del tema en una entrevista para la revista GQ. A pesar de la expectación, sus declaraciones fueron crípticas, indicando que para él el divorcio fue solo un trámite más que una experiencia liberadora.
En medio de este agitado contexto personal, Pitt ha encontrado refugio en su relación con Inés de Ramón, una ejecutiva especializada en joyería. La pareja se conoció a través de amigos en común hace casi tres años y se hizo pública con apariciones en eventos como el Gran Premio de Fórmula 1 de Gran Bretaña. A pesar de las especulaciones sobre sus intenciones, Pitt niega que su relación sea una estrategia mediática, describiendo su evolución como un proceso natural. De Ramón, de 35 años, se destaca por su trayectoria profesional y su origen español, aportando una influencia estabilizadora en la vida del actor. Mientras tanto, sus hijos, que se han distanciado de él, han comenzado a renegar del apellido paterno, optando por dejar atrás la conexión con Brad en sus identidades.
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