La persistente calima sigue invadiendo el este de la península ibérica y las Islas Baleares, derivada de las masas de aire cargadas de polvo en suspensión provenientes del norte de África. Este fenómeno está generando una reducción notable de la visibilidad, con cielos turbios que afectan tanto a la vida cotidiana como a las actividades al aire libre. Las autoridades han instado a la población a tomar precauciones, especialmente aquellas personas con problemas respiratorios, aconsejando el uso de mascarillas y la limitación de actividades al exterior mientras dure esta situación. Además, existe la posibilidad de que las lluvias que se esperan en la zona se presenten acompañadas de lodo, como resultado de la combinación del polvo en suspensión con las precipitaciones esperadas.
Esta situación atmosférica está siendo vigilada de cerca por los servicios meteorológicos, quienes advierten que la calima podría prolongarse durante los próximos días, manteniendo su intensidad. El fenómeno es más que una molestia visual, ya que puede tener implicaciones en la salud pública y en el medio ambiente, afectando desde los sistemas de ventilación y vehículos hasta los cultivos de la región. Mientras tanto, sectores como el transporte aéreo y marítimo están adaptando sus operaciones a las condiciones actuales para minimizar los riesgos y las interferencias en sus servicios. La población también está siendo alentada a seguir las actualizaciones meteorológicas y a tomar medidas proactivas para protegerse de los potenciales efectos adversos de esta singular e intensa ola de polvo del desierto.
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