El partido entre el Leganés y el Atlético de Madrid en el estadio de Butarque estuvo marcado por una decisión arbitral que provocó tensión en los banquillos y cambió el rumbo del encuentro. En los minutos finales del partido, el árbitro Melero López revisó una jugada en el VAR y otorgó un penalti al Atlético de Madrid por una mano de Sergio Gómez. Esta decisión, crucial para los visitantes que buscaban mantener el liderato de la Liga, no solo llevó a un intercambio de palabras y gestos de descontento entre los entrenadores, sino que también culminó en un fallido lanzamiento de Antoine Griezmann, quien envió el balón fuera, permitiendo así que el Leganés se quedara con la victoria.
La controversia en el campo fue acompañada de un animado intercambio en los banquillos. El técnico del Leganés, Borja Jiménez, se mostró visiblemente molesto con las protestas del entrenador del Atlético, Diego Simeone, llegando incluso a realizar gestos de burla hacia el cuerpo técnico rival. Posteriormente, Jiménez expresó su arrepentimiento por su comportamiento ante las cámaras, afirmando que las emociones del momento lo llevaron a actuar de una manera que no lo representa, ofreciendo disculpas por los incidentes ocurridos. Esta derrota del Atlético en Leganés no solo significó la pérdida del liderato en la Liga en favor del Real Madrid, sino también el fin de una racha de quince triunfos consecutivos de los colchoneros.
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