Las elecciones de Venezuela, que dieron como ganador a Nicolás Maduro, han generado un rechazo generalizado y cuestionamientos a la transparencia del proceso. El presidente chileno, Gabriel Boric, y su homólogo estadounidense, Antony Blinken, han expresado serias dudas sobre la veracidad de los resultados, llamando a una mayor transparencia y verificación. Varios países latinoamericanos, como Perú, Uruguay y Colombia, han denunciado irregularidades y se han negado a reconocer la victoria de Maduro, calificándola de fraudulenta. En contraste, países aliados como Cuba, Irán, Nicaragua, Honduras y Bolivia han felicitado a Maduro, destacando su triunfo como una reafirmación de la soberanía venezolana.
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