La Policía Federal de Brasil ha formalizado una acusación contra el expresidente Jair Bolsonaro, acusándolo de intentar un golpe de Estado para impedir la llegada al poder del actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Según el comunicado de la policía, Bolsonaro, junto con 36 personas más, incluidos antiguos miembros de su gabinete, intentaron desestabilizar el sistema democrático tras su derrota electoral. Entre las pruebas presentadas se incluyen comunicaciones telemáticas, registros bancarios y testimonios, que fueron recopiladas a lo largo de dos años de investigación. La acusación ha sido enviada al Tribunal Supremo, que deberá decidir si procede a formalizar la denuncia. Bolsonaro, ya inhabilitado electoralmente por abuso de poder, ha mantenido su inocencia alegando que actuó siempre dentro de los límites legales.
El intento de golpe no se concretó debido a la falta de apoyo de altos mandos militares. Sin embargo, el clima de tensión se llevó al extremo cuando miles de simpatizantes de Bolsonaro asaltaron Brasilia en enero de 2023, poco después de la investidura de Lula. Mientras las condenas han recaído en los involucrados directamente en el ataque, instigadores y financiadores aún no han sido procesados judicialmente. La situación se ha agravado en las últimas semanas con nuevas revelaciones, como un plan para asesinar al presidente electo y a otras figuras clave del gobierno. Un colaborador cercano de Bolsonaro, Mauro Cid, ha aceptado cooperar con las investigaciones, proporcionando información detallada sobre los movimientos golpistas, lo cual podría influir significativamente en el destino judicial del exmandatario.
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