Bolivia se prepara para un cambio significativo en su panorama político con la elección presidencial que marcará un giro hacia la derecha, dejando atrás dos décadas de liderazgo del Movimiento al Socialismo (MAS). Los candidatos principales, el liberal conservador Jorge Tuto Quiroga y el centroderechista Rodrigo Paz, se enfrentan en un contexto económico complicado, marcado por la recesión, alta inflación y escasez de combustibles. Ambos proponen estrategias similares para enfrentar la crisis, como fomentar la inversión extranjera y el sector privado, pero divergen en los métodos: Quiroga busca un ajuste rápido, mientras Paz propone una transición más gradual, reduciendo gastos administrativos y usando préstamos recientes para impulsar la economía.
El futuro gobierno también lidiará con la figura de Evo Morales, quien enfrenta una orden de aprehensión y sigue siendo una presencia influyente desde su bastión en Cochabamba. Tuto Quiroga ha prometido ejecutar la orden contra Morales, mientras que Rodrigo Paz ha optado por no abordar el tema públicamente. En medio de esta disputa, el voto étnico y regional juega un papel crucial; Paz ha captado el apoyo del occidente andino, mientras que Quiroga cuenta con respaldo en el oriente criollo. Con el MAS sin un líder claro hacia el futuro, la dinámica política boliviana enfrenta un nuevo capítulo lleno de desafíos y redefiniciones.
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