Un grupo numeroso de manifestantes protagonizó una interrupción significativa en la ruta hacia la meta de una etapa de la Vuelta a España, justo antes del final previsto en el puerto de Groba. Los manifestantes bloquearon el acceso, causando retrasos significativos y descontento tanto entre los ciclistas como entre los aficionados que se habían congregado para presenciar el evento. La protesta incluyó el uso de un árbol colocado estratégicamente en la carretera, que obstaculizaba el paso y exigió la intervención de las autoridades para su remoción.
Ante la situación, los agentes de seguridad actuaron rápidamente para despejar el camino y permitir que la competición pudiera reanudarse lo antes posible. El incidente no solo perturbó el desarrollo normal de la competencia, sino que también puso de manifiesto las tensiones subyacentes que motivaron la protesta, generando un debate sobre la mezcla de eventos deportivos y manifestaciones sociales. La situación fue finalmente controlada, aunque dejó una marcada impresión en este día de la Vuelta.
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