Boeing enfrenta una nueva crisis tras el accidente de un avión 787 Dreamliner de Air India en Ahmedabad, India, resultando en la muerte de las 242 personas a bordo. Este incidente, el primero catastrófico de este modelo, ha hecho caer las acciones de Boeing un 5,5% en la sesión del jueves, llegando a descender un 8% antes de la apertura. El accidente ocurrió cuando el avión intentaba ascender, pero se desplomó a una zona residencial provocando una explosión. Las causas aún no se conocen, pero el evento reaviva las inquietudes sobre la seguridad de Boeing, cuya reputación ya estaba en entredicho tras los accidentes de sus modelos 737 Max en 2018 y 2019.
Estas tragedias del pasado han dejado un legado de seis años de pérdidas significativas para Boeing, sumando más de 35.500 millones de dólares, en medio de retos como problemas de calidad, huelgas y despidos. A pesar de mostrar una recuperación con un aumento del 25% en el valor de sus acciones este año, la compañía sigue bajo la lupa por parte de la FAA, especialmente tras el reciente accidente. El candidato de Trump para dirigir la FAA prometió exigir a Boeing alta calidad en sus productos, subrayando que el enfoque en seguridad y control de calidad es crucial para el futuro de la empresa en medio de estas nuevas dificultades.
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