Ante el auge de sofisticados bocadillos con ingredientes como focaccia, mortadela y burrata a precios elevados, surge una reflexión sobre el verdadero espíritu de este clásico de la comida rápida. Se critica cómo se ha transformado el bocadillo en un producto gourmet, cuando originalmente su función era ser una opción económica y accesible para saciar rápidamente el hambre. La autora lamenta esta tendencia y sugiere una vuelta a la sencillez, donde lo primordial sea el valor básico del bocadillo como salvavidas asequible.
En respuesta, se propone una receta casera de bocadillo que conserva la esencia de este alimento. Se utilizan ingredientes simples y de calidad como una cañada de aceite, mortadela de charcutería y un queso que funda bien. El añadido de pesto casero y un toque verde, como espinacas, busca resaltar una preparación tradicional sin pretensiones, complementando con toques frescos y sabrosos. Al hacer hincapié en la accesibilidad y la satisfacción personal, se reafirma la defensa del bocadillo como un ícono de simplicidad y economía en la cocina diaria.
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