El concepto del «Blue Monday», conocido como el día más triste del año, se ha convertido en un fenómeno cultural que cada enero genera debate. Esta idea se originó en 2005 cuando el psicólogo Cliff Arnall propuso una fórmula matemática que determinaba el tercer lunes de enero como el día más deprimente por factores como el clima invernal, las deudas navideñas y la falta de motivación tras las fiestas. Sin embargo, muchos expertos cuestionan la validez científica de esta teoría, argumentando que es más una estrategia de marketing que un fenómeno basado en evidencia sólida. La popularidad del Blue Monday persiste gracias a su amplia difusión en los medios y su resonancia con las emociones de muchas personas durante este mes del año.
Aunque enero puede ser un período desafiante para algunos, los psicólogos advierten que etiquetar un día específico como el más triste puede trivializar la complejidad de los padecimientos emocionales, como la depresión. En lugar de centrarse en un solo día, los expertos recomiendan adoptar hábitos saludables a lo largo del año para mejorar el bienestar mental. Actividades como el ejercicio regular, mantener una dieta equilibrada y fomentar conexiones sociales positivas pueden contrarrestar el impacto del clima invernal y otros factores estresantes. Promover un entendimiento más matizado de cómo influye el entorno en el estado de ánimo es crucial para combatir la creciente aceptación de mitos como el del Blue Monday, centrando la atención en intervenciones efectivas y prácticas cotidianas de cuidado personal.
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