Con la llegada del verano, se presenta una oportunidad ideal para adoptar hábitos saludables de manera gradual y sin la presión que frecuentemente impone la búsqueda de un cuerpo «perfecto». Este enfoque propone sustituir la autoexigencia excesiva por metas alcanzables que fomenten el bienestar general. Expertos en salud sugieren que el secreto radica en incorporar pequeñas acciones diarias, como mejor alimentación y ejercicio regular, que puedan mantenerse a largo plazo para mejorar la vitalidad y el bienestar físico y mental.
Además, destacan que el cambio hacia un estilo de vida saludable no debe estar motivado por la presión social ni por estándares inalcanzables, sino por el deseo personal de sentirse mejor y más fuerte. Esta temporada ofrece el escenario perfecto para que las personas se centren en su prosperidad personal sin caer en la trampa de compararse con otros, promoviendo un equilibrio entre cuerpo y mente que no solo beneficie la apariencia exterior, sino que fortaleza la salud desde dentro.
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