El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha declarado que su nación está dispuesta a coexistir en paz y ofrecer asistencia a Ucrania en los esfuerzos de reconstrucción tras el conflicto en curso. En un comunicado realizado este viernes, Lukashenko enfatizó que Bielorrusia no desea una escalada militar y aseguró que «no vamos a ir a la guerra con los ucranianos», destacando que harán «todo lo posible» para mantener una convivencia pacífica. A pesar de estas intenciones, el presidente bielorruso advirtió que responderá militarizando la frontera si detecta un incremento en la presencia militar ucraniana, al afirmar que «si el enemigo ve que estamos preparados, definitivamente no atacará».
Lukashenko también apuntó a la influencia de Estados Unidos en cualquier aumento de tensiones en la región. Criticó al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, por depender de Washington para resolver la guerra con Rusia, sugiriendo que Ucrania debería enfocarse en reconstruir el país con la ayuda de sus vecinos, incluyendo Bielorrusia. «Las autoridades de Ucrania deberían sentar la cabeza», expresó Lukashenko, subrayando que la reconstrucción debe ser un esfuerzo principalmente regional. Estas declaraciones se produjeron en medio de una atmósfera de incertidumbre y especulación sobre las dinámicas geopolíticas en Europa del Este, con la mira puesta en cualquier posible alteración del statu quo actual.
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