El presidente saliente, en una reciente declaración desde la Casa Blanca, ha asegurado que la transferencia de poderes prevista para el 20 de enero se llevará a cabo de manera pacífica y ordenada. Este comunicado parece hacer referencia a las tensiones vividas hace cuatro años durante una transición similar, marcando un claro contraste con eventos anteriores. La promesa del mandatario busca calmar a la opinión pública y asegurar que, esta vez, el proceso se desarrollará sin sobresaltos, en un esfuerzo por mantener la estabilidad política del país.
Este anuncio se produce en un contexto de cierres de campañas electorales y expectativas de cambios en la administración, lo que ha atraído la atención de la comunidad internacional. La declaración del presidente subraya la importancia de un traspaso de poder fluido en las democracias modernas y refleja un compromiso con las instituciones y normas democráticas. Aunque las tensiones son inevitables en períodos de cambio, la clara intención del presidente de garantizar una transición sin conflictos es una señal positiva para el futuro político del país.
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