El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, realizó una visita histórica de cuatro horas a la Amazonia brasileña, convirtiéndose en el primer mandatario estadounidense en funciones en visitar esta región que alberga la mayor selva tropical del mundo. La visita ocurre justo antes de su participación en el G-20 en Río de Janeiro y ganando relevancia en el contexto de la amenaza de su posible sucesor, Donald Trump, quien planea retirar nuevamente a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París. Durante su estancia en Manaos, Biden anunció una contribución de 50 millones de dólares al Fondo Amazonia, una iniciativa que financia proyectos destinados a preservar este crucial ecosistema, conocido por su rol en mitigar el calentamiento global. Asimismo, reiteró su compromiso con la lucha contra el cambio climático, una de las banderas de su mandato, tras permitir a Ucrania el uso de misiles estadounidenses contra Rusia, reafirmando su postura en política internacional.
Acompañado por el destacado científico Carlos Nobre, Biden sobrevoló en helicóptero el encuentro de los ríos Amazonas y Negro, afectados por una intensa sequía. Nobre subrayó que la Amazonia podría estar acercándose a un punto de no retorno en su capacidad de absorber emisiones de carbono, e incluso podría comenzar a emitirlas, exacerbando el calentamiento global. Además de su recorrido aéreo, Biden visitó el Museo de la Amazonia (Musa), que destaca la biodiversidad y riqueza natural de la región. Este gesto de Biden refleja una creciente tendencia internacional por incluir la Amazonia en las agendas diplomáticas de alto nivel, algo que ha impulsado notablemente el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Países como Francia, representado por Emmanuel Macron, también han destacado la importancia de la selva en el contexto global. La visita de Biden forma parte del reposicionamiento de Brasil en la escena internacional, en vísperas del G-20 y de cara a la cumbre climática COP 30 en 2025 en Belém.
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